TIERRA VIVA

Para el sentido común hegemónico existe una sola forma de mercado en el cual se intercambian productos por dinero, pero otras formas son posibles. Los mercados territoriales no tienen una lógica mercantilizante de la producción, sino que apuntan a un comercio justo y solidario para lxs productores y consumidores y agroecológico. En un contexto de avance mundial de las derechas neoliberales, donde el alimento es una mercancía más, la cocina se transforma en un espacio de resistencia y transmisión de saberes.

El enfoque de la seguridad alimentaria que pone el foco en el acceso suficiente de alimentos, debe ser complementario del enfoque de la soberanía alimentaria, que pone la atención en el origen, las condiciones de producción y distribución de los alimentos. La  concentración en grandes empresas de la producción y el comercio es uno de los principales rasgos del sistema agroalimentario argentino que, además, tiene una lógica rentística y mercantil que determina qué alimentos están disponibles y sus modos de comercialización.

La Soberanía Alimentaria -que implica cooperación, producción local y soberana, y el acceso equitativo a alimentos de calidad, nutritivos y sin venenos- es el camino que vemos viable y alimenta nuestra esperanza para mantenernos sanxs, fuertes y unidxs. A la vez, es la solución a los problemas socioambientales que atentan contra la salud de la Tierra y de todos los seres vivos.

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