“Humanizar al ´Che´ es posibilitar nuevos ´ches´”

Juan Martín Guevara es el hermano menor de Ernesto “Che” Guevara. Quince años menor que él, fue militante estudiantil y más tarde integró el Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS). Estuvo ocho años preso durante la última dictadura cívico-militar en diferentes cárceles del país, entre ellas Sierra Chica, Rawson, Devoto y La Plata. En las cartas dirigidas a su padre “El Che” se refería a él cuando preguntaba por “Tín”.

En diálogo con Mario Giorgi en el programa Perfiles en la UNDAV  expresó: “Cuando comienza a ser importante la revolución cubana nuestra familia empezó a recibir bombas, ametrallamientos, tiroteos, persecuciones… esto pasaba por portación de apellido, pero también porque tanto mi vieja como yo éramos militantes, aunque no estábamos en el mismo partido”.

“Nuestra familia veía paso a  paso lo que pasaba en Cuba. Las noticias nos llegaban por los grandes medios como Assosiated Press, así como por periodistas ´militantes´ como Massetti. Nos enterábamos bastante tiempo después de las cosas que pasaban y de cómo avanzaba la revolución”.

“A solo unos días de sacar a Batista del poder nos mandaron una nota diciendo que un avión destinado a recoger exiliados iba a pasar por Agentina. El ´batistato´ había dejado en Cuba más de 20.000 muertos, es decir, había sido una dictadura sangrienta con miles de exiliados. Entonces nos autorizaron a viajar a mi padre, mi madre mi hermana, un cuñado y yo. Lo que no sabíamos es que nos había invitado Camilo Cienfuegos y que no le había dicho nada a Ernesto ya que no quería ningún tipo de privilegio. Camilo recién le avisó cuando estábamos llegando al aeropuerto de Rancho Bollero. Y ahí llegamos nosotros… en ese avión viejo, de cuatro motores. Avión en el que tuvimos un viaje muy accidentado, una experiencia…”

“Entonces, la escena que tengo grabada -es la que aparece en las fotos pero que en mi recuerdo continúa siendo una foto-, es el abrazo entre mi vieja y Ernesto. Incluso recuerdo que mi vieja cuando lo vio salió corriendo y se llevó cables por delante. Le dio un abrazo interminable. En ese abrazo expresaba el temor de madre acumulado por tantos años, pero sobre todo el orgullo: ´¡éste es mi hijo!´. Mi vieja no era una persona cariñosa, expresaba su cariño de otra manera, ese abrazo era como una cosa extraordinaria, una explosión”.

Referido a la vigencia de la imagen de su hermano y de la comercialización de la misma, Juan Martín opinó: “Mientras que el mundo siga teniendo esta mercantilización -todo tiene precio, todo se compra todo se vende-, va a haber siempre comerciantes que buscan un buen producto para vender. ´El Che´ es un buen producto, pero por qué es un buen producto. Es porque sigue vigente. Porque esa camiseta que el comerciante te vende, hay alguien que se la compró y se la puso. Entonces por qué se la puso”.

“El por qué de la vigencia tiene que ver con cómo se lo ha tratado comunicacionalmente. Ha habido diferentes visiones de distintos aparatos publicitarios y comunicacionales de cómo trasladar esto del ´Che´. Tratando de ningunearlo, de cristalizarlo, de dejarlo como un tipo poético -y de lo mal que le fue por ser de esta manera-, diluyendo su ideología, y de otras mil maneras…”.

Actualmente Juan Martín Guevara milita por la desmitificación de su hermano, por su humanización: “Pienso que es muy importante que la juventud tome estos referentes, humanizar al ´Che´ es posibilitar nuevos ´ches´”.

Foto: Lautaro Federico Hamra

*Nota publicada en la edición Marzo 2014 del periódico Con Información.